Quieres Jugar
La pequeña liebre color de avellana reanudó su paseo y, muy pronto, llegó al pie de la montaña nublada. ¡Vaya sorpresa la esperaba allí, entre los brezos!
La pequeña liebre color de avellana reanudó su paseo y, muy pronto, llegó al pie de la montaña nublada. ¡Vaya sorpresa la esperaba allí, entre los brezos!
Un libro interactivo. El lector convierte a una rana en un príncipe al darle un beso, ayuda a un paracaidista a aterrizar al darle la vuelta al libro, y consigue que avance la barca de la Osa Paula cuando agita el libro para hacer olas.
La hora de dormir es el momento de los secretos entre Archibaldo y su mamá. Y es también la ocasión perfecta para que el niño haga una pregunta difícil: «¿Me querrás toda la vida?». Para la mamá, sin embargo, la respuesta es fácil y le responderá de una forma muy especial.
Archibaldo invita a los lectores a conocer su casa. Cuenta cómo es, cómo la percibe un día y cómo al otro le resulta completamente distinta... Y además, describe las casas de cada uno de sus amigos y las compara.
La mamá, el papá y la abuela de Archibaldo están desesperados... Por muchos recursos que utilizan, no hay forma de que el pequeño deje de jugar y concilie el sueño. ¿Conseguirán que se duerma o se dormirán ellos primero?
Hay un niño nuevo en el colegio de Archibaldo. Sam es diferente a los demás, juega a juegos distintos y dice cosas sorprendentes. ¿Será fastidioso no ser igual a los otros? Archibaldo lo descubrirá...
Archibaldo y su papá contemplan las golondrinas que vuelan hacia tierras lejanas. Ese viaje genera en el niño muchas preguntas que el padre contestará con sensatez, ternura y paciencia, reasegurándolo en esa difícil y hermosa travesía que es el crecimiento.
Archibaldo anda con su autoestima por los suelos porque no sabe jugar bien al tenis y piensa que no sirve para nada. Su mamá le demostrará que si encuentra lo que de verdad le gusta hacer, lo conseguirá y sentirá que sirve para mucho.
Archibaldo comienza mal el día. Protestas, regañinas, frustraciones y un gran enfado con sus padres. A él le parece que los adultos solo quieren llevarle la contraria a los hijos...
En esta preciosa colección de libros y de la mano de su mamá y su papá, Archibaldo ha ido aprendiendo muchas cosas. Ha reflexionado, ha atravesado diferentes emociones, pensamientos, deseos, dificultades. Con un contrapunto de humor en las ilustraciones, la historia se ilumina y arranca sonrisas en los lectores.