Mi Casa
Archibaldo invita a los lectores a conocer su casa. Cuenta cómo es, cómo la percibe un día y cómo al otro le resulta completamente distinta... Y además, describe las casas de cada uno de sus amigos y las compara.
Archibaldo anda con su autoestima por los suelos porque no sabe jugar bien al tenis y piensa que no sirve para nada. Su mamá le demostrará que si encuentra lo que de verdad le gusta hacer, lo conseguirá y sentirá que sirve para mucho.
Para explicarle esto, la mamá lleva a Archibaldo a dar un paseo. Le hace ver que un pájaro sirve aunque no pueda nadar, que una mariposa sirve aunque no pueda cantar y que un manzano sirve aunque no pueda volar. La clave está en encontrar lo que uno desea hacer y en luchar para hacerlo bien.
Archibaldo entonces busca y rebusca qué es lo que de verdad le gusta. ¿Cocinar? ¿Bailar? ¿Disparar flechas?... Hasta que por fin lo encuentra. Sin embargo, aún le queda mucho trabajo y momentos de desánimo que vencer. Un día, al fin, se sienta en el piano y emociona a todos con su música.
Formato: 20 x 23 cm
Nº págs.: 40
Encuadernación: cartoné
Archibaldo invita a los lectores a conocer su casa. Cuenta cómo es, cómo la percibe un día y cómo al otro le resulta completamente distinta... Y además, describe las casas de cada uno de sus amigos y las compara.
La mamá, el papá y la abuela de Archibaldo están desesperados... Por muchos recursos que utilizan, no hay forma de que el pequeño deje de jugar y concilie el sueño. ¿Conseguirán que se duerma o se dormirán ellos primero?
Hay un niño nuevo en el colegio de Archibaldo. Sam es diferente a los demás, juega a juegos distintos y dice cosas sorprendentes. ¿Será fastidioso no ser igual a los otros? Archibaldo lo descubrirá...
Archibaldo y su papá contemplan las golondrinas que vuelan hacia tierras lejanas. Ese viaje genera en el niño muchas preguntas que el padre contestará con sensatez, ternura y paciencia, reasegurándolo en esa difícil y hermosa travesía que es el crecimiento.