Una vez que la mandíbula articulada se cierra, no hay escapatoria. Cuando el Monolophosaurus está al acecho, es mejor no molestarlo. ¡Pero sí se puede observar su fascinante forma de cazar a una distancia segura!
El Monolophosaurus se reconoce inmediatamente por la larga cresta en el puente de la nariz, que le da un aspecto peligroso. También tiene púas como un dragón, desde la cabeza hasta la punta de la cola. ¿Se quedará tranquilo? Este dinosaurio pertenece al grupo de los saurisquios y se pasa la mayor parte del tiempo buscando comida. Camina por la orilla con sus fuertes patas en busca de presas. ¡Mejor no molestarlo!
El espinosaurio era uno de los más peligrosos de los tiempos remotos
El espinosaurio era uno de los más peligrosos de los tiempos remotos Era el carnívoro más grande, ya que su tamaño era incluso mayor al del tiranosaurio rex y el giganotosaurus. Se diferencia fácilmente de los otros dos dinosaurios por su vela dorsal y su dentadura, parecida a la de un cocodrilo.
Hace 200-182 millones de años, el barapasaurus era uno de los mayores herbívoros. A pesar de que en aquella época los dinosaurios eran más bien pequeños, llegó a alcanzar los 14 metros.
El barapasaurus no solamente tenía un cuello muy largo, sino que los huesos del muslo llegaban a tener 1,7 metros. Esos huesos le dieron el nombre de ″lagarto de las patas largas″. Debido a sus grandes dimensiones, así como a su consumo energético, este herbívoro necesitaba comer cada día varios cientos de kilos de comida. Utilizaba las mandíbulas como si fuera un rastrillo y así sacar las hojas de los árboles. Pero como que sus dientes tenían forma de cuchara, no podía masticar bien. Por eso tragaba todo lo que le llegaba a la boca, de un bocado.